martes, 31 de mayo de 2011

Cruzando la Frontera

Buenos Aires es sin duda una linda ciudad y un buen lugar para vivir. A mi me gusta Buenos Aires, incluso con su caos y su desorden, es atractiva a la vez que monstruosa. Pero Buenos Aires no es una ciudad, sino dos. Al Norte de la Avenida Rivadavia está la Buenos Aires pujante, rica, de departamentos, comercios y restaurantes abiertos hasta altas horas de la noche. Al sur, del otro lado de la frontera, está la otra Buenos Aires, la pobre, olvidada, sucia, descolorida, más parecida al conurbano que a su correspondiente mitad norte.

Este posteo se llama Cruzando la Frontera porque efectivamente existe una frontera entre ambas ciudades y esa es la Avenida Rivadavia. En realidad ella no tiene nada de especial ni diferente a otras avenidas de esta capital: uno la cruza de la misma manera en que cruza Córdoba, Corrientes o Santa Fe. Pero sin dudas es la fractura social y la asimetría que desnuda esta arteria lo que la hace tan importante.

Los barrios del sur son por lejos los más descuidados por las autoridades y es allí donde son más importantes las carencias. Allí la mortalidad infantil supera a la de la mitad norte. Allí cuentan con una sola línea de subterráneo, la E, siempre medio vacía, en silencio y con trenes cada 7 minutos con suerte. Basta comparar esto con la D, que recorre la mitad norte y es casi perfectamente simétrica de la E. Por sus vías corren los coches más modernos de la red, repletos a cualquier hora, llevando gente a trabajar, estudiar, pasear o comprar.

Y qué decir del Premetro que se interna aún más en el sur porteño, llegando a tocar las lejanas Villa Lugano y Villa Soldati, barrios súper estigmatizados por los noticieros. Alcanza con subir al colectivo 101 ahí en Plaza Once, justo antes de Rivadavia, para iniciar un tour por el deslucido sur, olvidado y pauperizado. Basta observar la precariedad de las viviendas, el porcentaje de población con Necesidades Básicas Insatisfechas, la falta de integración con el resto de la Buenos Aires rica. El sur es el reino del colectivo. Importante cantidad de líneas tienen en Pompeya, Lugano o Soldati sus cabeceras. Y es justamente este reino del colectivo la muestra de lo poco desarrollado del subte en esta zona, por falta de planificación estatal. Esto pareciera revertirse últimamente con la Línea H, que discurre en la mayor parte de su recorrido al sur de Rivadavia y aspira a tener (algún día) su cabecera en Nueva Pompeya. Ojalá así sea. Ojalá Buenos Aires deje de tener algún día su “lado oscuro” en el sur de la Capital. Ojalá algún día el sur tenga su oportunidad y no sea el espejo subdesarrollado de un norte pujante.

1 comentario:

Ariel Cruz Pizarro dijo...

Que curioso. Acá en Santiago el límite es Plaza Italia. Normalmente se decía que de Plaza Italia para arriba (en cuanto a altitud, hacia el oriente/este) estaba el sector más acomodado y de Plaza Italia para abajo el sector más desfavorecido.

Actualmente, las zonas que concentran los mayores recursos son Vitacura, Lo Barnechea, Providencia, Las Condes y algunas partes de La Reina y Ñuñoa. El resto es de clase media mayoritariamente.

Saludos Guido :)