jueves, 23 de junio de 2011

Fotolog o el dolor de ya no ser

Podrá parecer trivial, pero yo no lo creo. En mi generación y en las que vendrán (qué duda cabe), las redes sociales constituyen un elemento muy importante. Hoy, todos aquellos que estamos alrededor de los 20 años vivimos la efervescencia del surgimiento de las redes sociales, las vimos elevarse, hacerse populares y por último quedar en el más absoluto olvido. Si pudiéramos establecer una línea de tiempo diríamos que la cosa fue Messenger > Fotolog >Flickr/Facebook> Twitter/Tumblr.

Llegamos a una época donde la mayoría de las redes sociales donde nos movíamos como peces en el agua han caído en desgracia, con la quizás honrosa excepción de Facebook que sigue siendo un sitio popular a fuerza de constantes cambios, tanto de forma como de fondo. Lo cierto es que quizás esta sea la herramienta comunicativa más completa de este tiempo (Texto, Fotos, Videos, Música, Compartir Enlaces, Chat, etc.). Eso es algo que las demás redes no tienen.

Quisiera detenerme a analizar un poco del fenómeno Fotolog, cuyo comienzo de popularidad podríamos ubicar en torno a 2005, alcanzando su apogeo durante 2007 y 2008 y cayendo en el más absoluto olvido en 2009. Hoy, en junio de 2011, nadie se acuerda de Fotolog. Algunos dirán: “Yo tuve uno”, otros callarán y otros ni siquiera se acuerdan la contraseña. ¿Qué era lo que tenía Fotolog que lo transformó en un sitio tan popular en aquel tiempo? ¿Y por qué cayó en desgracia?

Particularmente, el tiempo de Fotolog coincide casi plenamente con mi adolescencia media, entre los 14 y los 17 años, por lo que prácticamente todo lo sucedido en aquella época remite a la citada red social. Yo tuve un Fotolog, especializado en colectivos, por corto tiempo. Podría decirse que me uní a ese sitio cuando la cresta de la ola estaba tocando su punto máximo, a fines de 2008, y comenzaría su irrefrenable decadencia. Lo cierto es que yo estuve más tiempo siguiendo fotologs por fuera que por dentro. En aquel tiempo no demasiado lejano, yo no tenía computadora (tuve recién a partir de marzo de 2008) y tampoco tenía internet (a partir de septiembre de 2008), pero accedía de todas maneras, a través de pedir prestado en la casa de mi tía, donde me pasaba horas navegando en estos sitios, enganchados unos con otros a través de comentarios y favoritos.

Cada posteo era esperado con ansias, cada nueva foto era una ventana hacia lo desconocido. Y al no tener la posibilidad de acceder a internet desde casa, el carácter intrigante de todo esto aumentaba. Me la pasaba sacando fotos de aquellos sitios y aún tengo muchas de ellas guardadas. Cada foto era una pieza única y había que descubrirla, analizarla y luego guardarla para que jamás se perdiera. Cuando tuve la posibilidad de imitar aquello que veía, trataba de hacerlo con un celular con cámara. Más tarde llegaría la cámara digital, pero para entonces ya Fotolog estaba en Terapia Intensiva. Creo que esto sucedió porque surgieron herramientas más completas que el flog, porque la calidad de las fotos allí era realmente mala y por culpa del constante spam o firmas de gente que quería promocionar sus sitios sin relación alguna al posteo en cuestión.

Fotolog aún existe, pero está prácticamente muerto. Ya casi nadie lo usa, algunos tan solo lo actualizan para tanto para no verlo morir, o quizás por aquella cuestión de que “es algo tan grande que no puede morir”. Para mí significó mucho: fue la ventana a un mundo nuevo, a una nueva percepción de la realidad y fue un medio para redescubrir antiguos gustos y descubrir otros nuevos. A veces me pregunto si ese período abierto por estas experiencias, esta Urbanidad Latente, como me gusta llamarle; no habrá terminado o al menos dado paso a otro período. En todo caso, creo que tiene que ver con el Espíritu de Época que atravesamos y que nos atraviesa.

Tendría que ponerme a definir bien esos conceptos, pero será en otra oportunidad.

1 comentario:

Ariel Cruz Pizarro dijo...

No es necesario que te cuente mi historia hehehe. Sí, Fotolog fue una puerta que nos enseñó a redescubrir aquellas cosas que siempre pasábamos por alto, sirvió para generar redes de apoyo y grupos de aficionados :).

A la decadencia hay que agregarle las miles de mantenciones que les hacían y que hacían engorroso al sitio. Saludos Guido!